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LO QUE SÉ, LO QUE VI
Lo que sé, lo que vi
Por María Gabriela Zgaib
“I want every picture to be the beginning of another unseen picture”
Khalil Gibran
Khalil Gibran fue una singularidad viviente: directo, rotundo y apasionado. Un hombre al que no se le atemperó la sangre. Pero, al mismo tiempo, fue un artista capaz de atravesar la erudición en signos estéticos. Vivió entre Oriente y Occidente, y esa experiencia de la periferia le dio la pertenencia a dos culturas, a dos tradiciones, a dos leyes diferentes.
Conocía el curso de las mareas que lo llevaron del Líbano a Estados Unidos y a Francia, catador y perito en culturas antiguas y vanguardias artísticas. Allí, siendo secretario del Comité de Ayuda Sirio-Monte Líbano, escribió no solo ensayos literarios, cuentos y artículos en revistas, sino que también se dedicó a la pintura.
Por pertenecer a una familia maronita, todas sus obras artísticas se vieron influenciadas por la Biblia, pero también por autores, filósofos y poetas como Nietzsche, Blake y Whitman. En ellas se destacan su patriotismo, sus sentimientos, su fe, su amor y respeto por la naturaleza. Gibran tuvo plena conciencia de su condición de creador, suspendido entre instancias culturales e históricas.

Khalil Gibran

Estudió en la Academia Julian de París, donde fue inspirado por el movimiento francés denominado Simbolismo, de fines del siglo XIX. El Simbolismo fue un movimiento que aparece en literatura en primera instancia y luego en teatro y pintura, recuperando valores románticos y rompiendo con las corrientes del naturalismo e impresionismo. El artista buscaba el modo de vida bohemio dejando atrás normas establecidas.
Sus cuadros forman parte de una faceta menos conocida de Gibran: la de pintor, que surgió a partir de su estancia en París, y cuya musa inspiradora fue Mary Haskell, su amiga y mecenas.
Los óleos nunca fueron considerados por el propio Gibran como piezas acabadas. Hay muy pocas firmadas por él y prácticamente quedaron sin publicarse.
Fue un artista extraordinariamente talentoso; sus pinturas transmiten que el ser humano es uno con la divinidad, formando una unión que llega a ser armoniosa y vital.
Influenciado por diversos autores, sus personajes/figuras humanas se ven distendidos, elongados y místicos, con colores cromáticos que llevan al espectador a percibir un sentimiento de melancolía.
En otras palabras, la conducta que se constata en el desarrollo de sus producciones literarias y artísticas nos lleva a la reflexión de Aristóteles sobre el arte: “El objetivo del arte es representar no la apariencia externa sino su significado interior”.


Exposición de dibujos
Museo de Khalil Gibran, en Bisharri

Manuscrito de Gibran
Museo de Khalil Gibran, en Bisharri
Reforzado con una de sus expresiones más destacadas, Gibran dice lo siguiente:
"Para vivir es necesario coraje. Tanto la semilla intacta como la que rompe su cáscara tienen las mismas propiedades. Sin embargo, solo la que rompe su cáscara es capaz de lanzarse a la aventura de la vida. Esta aventura requiere una única osadía: descubrir que no se puede vivir a través de la experiencia de los otros, y estar dispuesto a entregarse. No se puede tener los ojos de uno, los oídos de otro, para saber de antemano lo que va a ocurrir; cada existencia es diferente a la otra" (de las cartas a Mary Haskell, 1920).
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